Se dice que las obras nunca se dan por terminadas porque, cuanto más las observas, más piensas en modificar o incorporar algún detalle, por pequeño que sea.

La Remodelación de la Plaza Mayor, ha sido la obra más compleja de las que hayamos podido acometer en el pueblo. No solo por su cuantía, cercana a los 250.000 €, sino por la relevancia social del emplazamiento.
La Plaza Mayor podría contar cientos de historias de cientos de vecinos. Por ello, cualquier reforma que se realice lleva implícita, que cada vecino reviva su historia y relación con la plaza. Cambiar su fisonomía, es cambiar los recuerdos de la gente y no todos lo entienden de la misma manera.

Respetando cualquier crítica, podemos decir, con moderada satisfacción, que no ha quedado nada mal